Expertos indican que en cuanto al color en el mundo de la moda, la clave está en encontrar el punto medio en el que la tonalidad de la piel junto con la de las prendas formen un conjunto armónico, que al mismo tiempo potencie los rasgos de cada persona.
– Las tonalidades de piel más equilibradas en tonos moreno claro, sin duda son las más beneficiadas. Pueden lucir toda la gama cromática sin riesgo a crear un conjunto que tienda mucho hacia la calidez o la frialdad. Una explosión de colores y diseños psicodélicos o de grecas nunca fallarán.
– En cuanto a la gama monocromática, la tendencia general es utilizar un vestido que potencie el color de piel y la figura. El negro y el blanco son dos colores básicos en la industria de la moda, pues su sobriedad y combinación con todo los hacen un indispensable en cualquier clóset. Las mujeres con piel cálida que tienden a equilibrar su look con vestidos blancos lucen vanguardistas y sofisticadas, mientras que las chicas cuya piel se acerca a las tonalidades frías y portan una sola pieza en negro, resaltan inmediatamente entre una multitud de gente con ropa de colores distintos. Este estilo puede servir para cualquier ocasión y es muy adaptable, un look causal puede funcionar con un par de accesorios u otro calzado, como uno más formal y viceversa.
– Los vestidos monocromáticos en colores brillantes siempre serán sinónimo de elegancia pero con un cierto aire glamouroso y juvenil.
– La espalda abierta, los hombros descubiertos y las piernas relucen al instante y se contrastan con la tonalidad de la tela. De nueva cuenta, las mujeres con tonos moreno claro, trigueños y tostados (tal como la piel latinoamericana) tienen la enorme facilidad de utilizar cualquier escala cromática y resaltar entre los demás estilos y prendas.