1. Bien atado al cuello. Sin duda es una de las maneras más tradicionales de ponerse una bufanda, sobre todo, si se trata de las oversize que tanto amamos. Ésta es la manera perfecta de lucir una bufanda o foulard si llevas un abrigo sin cuello o un poncho, y una de las maneras más favorecedoras para todas aquellas chicas con pelo corto, y cuyos rasgos faciales o su cuello sean más bien alargados.
2. Oversize con caída. Si tienes una más bien tipo pashmina, entonces esta es la oportunidad para lucirla. Para un look de oficina, por ejemplo, le das ese toque especial con tu pañuelo, dejándolo caer sin darle ninguna vuelta al cuello. De esta manera, alargarás tu figura visualmente. ¿Un tip? Este look es clave y perfecto si tu cuello es más bien corto y ancho, o si tus rasgos faciales son redondeados.
3. Sobre el pecho formando una V. Si prefieres disimular tu pecho, o no centrar la atención en él, olvídate de esto y apuesta por un foulard de estampados y colores oscuros. Una vez que lo enrolles en tu cuello, haz un nudo con los extremos sobre tu pecho, y voilà! Una nueva forma de lucirlo ¡sin complejos!
4. Tipo lazo. Los años sesenta marcaron tendencia por los lazos al cuello. Con un pañuelo en seda, o un fular estrecho, anúdalo como si se tratase de un lazo, o bien con un par de nudos simplemente. Apuesta por el color y los estampados de flores, verás cómo consigues alegrar cualquier look de invierno, ¡y la buena noticia es que lo harás sólo con un simple pañuelo!
5. En el cuello. Lo mejor de los foulards o las bufandas es la versatilidad y las opciones con las que podemos lucirlas. Toma tu foulard, extiéndelo y forma un triángulo con él, póntelo sobre los hombros y anúdalo delante, ¡al mas puro estilo girl scout lucirás tu foulard todo el día!
