Según indican los expertos, los primeros pasos de Molinari en el mundo fashionista fueron vistiendo muñecas cuando era niña. Así, fue a los 14 años de edad cuando fue incentivada por sus padres para empezar a especializarse en lo que luego se convertiría en su carrera, una fábrica de textiles.
Fuentes indican que la fábrica producía telas para Sonia Rykiel, Yves Saint Laurent y Gucci entre otros, y Anna estaba empezando a enamorarse con el papel que su madre tenía en el negocio.
Así, y con tal sólo 18 años, junto a su marido, Gianpaolo Tarabini, empezó a hacer tejido de punto – suéteres coloridos y pantalones, como habían visto en su luna de miel en Saint Tropez. Molinari después continuó estudiando música, historia del arte y, en 1977, lanzó su propia marca.
Lo cierto es que actualmente en el museo de la ciudad natal de su familia, Carpi, hay una exposición permanente dedicada a Blumarine, sus vestidos ‘’slip–dress’’ y el Blu V (un cardigán de cachemira apretado al cuerpo y luciendo un cuello de piel de visón).
Se trata, entonces de una vida y carrera desarrolladas bajo las luces del amor, el éxito, el arte y la familia.
Los desfiles de moda Blumarine y Blugirl de Anna Molinari encabezan la Semana de la Moda de Milano, temporada tras temporada. Este dato significa y aglomera todo lo que esta mujer significa para el mundo de la moda italiana.
Sus pasiones e inspiraciones. Fuentes indican que sus colecciones están motivadas por razones de arte y por sentimientos que atravesaron su vida. La revista Vigue sostiene que en primer lugar y más cercanas (literalmente) a su corazón y piel son sus varios tatuajes con rosas – una prueba de amor para la enorme pasión que Molinari tiene para estas flores. Después hay su colección de joyas – una empezada con las en forma de herencia recibidas de su madre y después continuada con sus propias adiciones, marcando algunos de los momentos más memorables de su vida. Siguiendo, los Ferraris de ella y de su esposo – testimonios de una pasión compartida, como de un amor compartido para Italia.
Lo cierto es que actualmente, luego de 38 años de haber debutado en la industria de la moda, la diseñadora proviniendo de Carpi emplea un equipo de 250 artesanos italianos. Equipo que colabora con las colecciones que la diseñadora encabeza: Blumarine, la marca-líder del universo Blufin, Blugirl, su homóloga dedicada al diseño para jóvenes, decoraciones de interiores, perfumes y diseño decorativo para hoteles.