Lo cierto es que la firma Vetêments decidió adelantarse al ya veloz calendario de tendencias para presentar su colección primavera-verano 2017 y confirmar que el «feísmo» está de moda.
Según indican, la marca, fundada en 2014 por un equipo de diseñadores procedentes del taller de Maison Martin Margiela, se ha hecho un nombre gracias a la recuperación de famosos iconos y logos populares de marcas que precisamente hoy colaboraron con ellos en este desfile, como Reebok, Champion o Eastpak, entre otras.
Los que saben sostienen que las piezas estrella de la pasarela fueron las botas en piel, que se llevaron a la altura de la pierna, aún más altas que las apreciadas botas de mosquetero, una tendencia de invierno, y en llamativos colores como azul, amarillo o morado.
Lo cierto es que muy llamativas resultaron también las botas de piel que propuso el diseñador con un original e imposible tacón de acero que complicó a las modelos la tarea de caminar por la pasarela.
Esta moda del “feísmo” suele ser, como dice en la vida cotidiana, muy de pasarela y quizá esa es una de las cosas que convierten a firmas tan inalcanzables que no nos imaginamos cómo adaptar las propuestas a nuestro día a día. Con esto, me quedo, por ejemplo, con el Barrocco de Karl en la Fontana di Trevi que, pieza por pieza, conformaron una página completa de arte, propuesta y estilo. Me quedo con los bordados, las transparencias y la combinación de texturas.